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Encuentros cercanos – Sekta Core

Encuentros cercanos – Sekta Core

Gil Gamés
Repantigado en el mullido sillón, Gil observaba el mundo exterior. Se trata de encuentros cercanos tan raros que si apareciera un OVNI y se estacionara a las afueras de su casa, no le asombraría tanto. Debe ser la edad, pero Gamés no estaba al tanto de “los toquines”, conciertos de música que duran tres días en algún teatro de la ciudad o de sus alrededores, y en los cuales los jóvenes dan rienda suelta a sus frenesíes, mju.
Nadie sabe cómo llegó a las manos de Gamés un volante en el cual lo invitaban a “3 días de skacore crudo y vil en tu pinche jeta”. Caracho, que invitación tan enfática. El ska es un género de música de los sesenta, que combina los ritmos negros de Estados Unidos con los jamaicanos. El ska nació en Kingston y dio origen al rocksteady y el reggae (cápsula informativa cortesía de Wikipedia y Gamés). El ska core es algo así como un ska punk, pandillero, de callejón oscuro. El imprudente Gamés buscó una interpretación de skacore y el ruido de las guitarras distorsionadas le ocasionó taquicardia y tanta ansiedad, que tuvo que recostarse unos minutos a reposar la dosis de sakcore.
Dios sabe que Gamés no se asusta al primer hervor, o como se diga, pero diantres, el skacore o skahard-core lo interpretan grupos que se llaman algo así como The Podridos, La Skatrina, Nahual Sakcore, Hijo del Muerto. Por cierto, si quieren ir al concierto será en el foro El Clandestino el próximo domingo. Si van, luego le cuentan a Gilga, porque él no podrá asistir. En un anuncio de The Podridos puede leerse: “vengan a nuestro aniversario y nos tomamos unos pulques bien espesos”.
Hay un grupo que parece importante en el planeta skapunk: Sekta Core. Gamés buscó alguna de sus interpretaciones (nótese la seriedad antropológica del enfoque) y encontró “el fantasma de la rana”. Las letras de Sekta core no son ricas en ideas o figuras, Gil estuvo a punto de escribir poéticas, a los compositores (así se llamaban antes) les gusta describir mucho con palabras como “ojetes”, “putos” y, desde luego “rana”. Un disco, así se les decía antes, ahora quizá se les llama tortillas plateadas y purulentas, decía Gil que hay un disco de Sekta Core que se llama Terrorismo Kasero, muy exitoso. ¿Cómo ven a Gil armando una onda muy gruesa?
El grupo de skacore Chencha Berriches toca una gran canción: “Murciélaga”. Gamés no sabe mentir: la banda tocó en Los Ángeles y armó un irigote muy caon, wey. Gil opinaría de la letras si hubiera entendido algo y arriesgaría un comentario sobre la música si se oyera algo más que un ruidajal. Si usted se detiene abajo del Puente de Nonoalco escuchará sonidos más musicales que los de Chencha Berrinches. Gamés no exagera: “guantutrí, camán, camán, órales putos”.
De Los Hijos del Muerto, Gil oyó una rolita acá llamada “Incoherente”. Pobre Gamés, caminó sobre la duela de cedro blanco, algo en su interior latía a toda velocidad. En honor a la verdad ( muletilla lenta), los viernes Gil toma la copa con amigos verdaderos, mientras los meseros se acercan con la bandejas de Glenfiddich, Gamés pondrá a circular esta frase de Freud: “La verdad al cien por ciento es tan rara como el alcohol al cien por ciento”.
Gil s’en va
gil.games@razon.com.mx

Twitter: @GilGamesX

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