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Entrevista con Alejandro Carrillo: “Tripas, vértigo y ternura”

Entrevista con Alejandro Carrillo: “Tripas, vértigo y ternura”

Estoy frente a quien posiblemente puede convertirse en una figura literaria contemporánea, es de noche y existe cierto cansancio después de tantas complicaciones temblorosas, a mi vista un joven con barba negra y tatuajes en los brazos, portando una playera con la mítica lengua de Los Rolling Stones y una cachucha de beisbolista cubriendo su cabeza rasurada, por instinto agarra cualquier libro que se le atraviesa, lo hojea y se da cuenta que no es de su interés, mismo con el que decide matar a un mosco gigante que rondaba por los rincones del estudio y amenazaba con chupar nuestra sangre.

Carrillo ha extendido su voz en la crónica, en el testimonio, artículos, poemas y la novela, orgullosamente Premio Mauricio Achar 2016, ha sido un luchador incansable por conseguir vivir de escribir, escribir para vivir y lograr sus sueños. Se acomoda en una silla giratoria, instante en el que pronostiqué que se movería de lado a lado durante la entrevista como un niño chiquito; acerté, además ¿Quien no lo haría?.

También acerté cuando pensé que me responderia seguro y sin rodeos en todas las cuestiones que yo le haria, con la característica actitud de un escritor con rabia y sabiduría literaria, respiro antes de comenzar y suelto la primera.

¿Dónde naciste?

Nací en la Ciudad de México, en la Colonia Roma, en el Hospital Metropolitano, justamente un 12 de Agosto de 1981 a las 2 de la mañana.

¿Qué recuerdos tienes de tu niñez con relación a la literatura?

Recuerdo a mi mamá leyendome, recuerdo mucho los viajes que hacíamos a Cancún desde la Ciudad de México en camión, tal vez  tenía unos siete años o algo así, y nos íbamos las 24 hrs mientras ella nos leía en el camino, o en la casa antes de ir dormir, siempre leyéndonos.

¿Quienes son tus papas y cómo fue que te inculcaron la literatura?

Mi papá es Alejandro Carrillo, mi mamá es Edith Rosas, los dos se conocieron en la Escuela Anexa a la Normal, me tuvieron cuando ellos tenían 20 años, estuvieron juntos tres o cuatro años juntos y después se separaron. A mi papá también le gusta mucho leer pero en relación a quien más me la inculcó fue mi mamá, a ella le gustaba y era muy importante leer y todo eso.

Respecto a tu preparación académica, ¿Qué estudios realizaste?

Estudié la primaria sin ningún problema … (sonríe), acabe la secundaria abierta y despues me meti a una preparatoria de paga de la que me corrieron por desmadroso, organicé a todos los compañeros para que no entraran porque habían corrido a un compa mio, cuestionaba los maestros, era un desmadre total. Después me fui a vivir a Barcelona, y cuando regresé decidí acabar la prepa abierta. Estuve estudiando en algunas escuelas de escritores algunos diplomados, estuve en la escuela Dinámica de Escritores de Mario Bellatin, en la Sociedad General de Escritores (SOGEM) dos años de diplomado completos, aunque hubo problemas con la escuela y después fue formada la Escuela Mexicana de Escritores por maestros y alumnos, ahí estuve en un par de clases. También he estado estudiando en algunos talleres con algunos escritores de manera independiente.

Después del 19S su edificio resultó con algunos cuantos daños, es por eso que nos encontramos en casa de su papá, una casa enorme en las inmediaciones de la colonia Valle Dorado en Tlalnepantla, popular por albergar a familias adineradas después de su retiro.

¿En qué etapa de tu vida te diste cuenta que querías ser escritor?

Yo creo que como a los 16 años, cuando empecé a descubrir mis propias lecturas, cuando ya no leía por lo que me había leído mi mamá sino porque que me empezaron a dejar más lecturas en la secundaria, las mismas que me llevaron a encontrar los libros que estaban en casa de mis abuelos; ¡eran demasiados! , entonces ahí construí mi propio camino de lectura, allí empecé a descubrir cosas que me llevaron a esta imagen de ser escritor. Cuando escribí mis primeros cuentos en la prepa, les sacaba copias y las repartía entre mis compañeros, desde ahí sentí que escribir era algo muy chingon, como una manera de conectarme al mundo que ninguna otra cosa me daba y eso más las otras visiones que me metieron a esta idea de que esto era lo que yo quería hacer.

¿Con qué autores fue tu introducción a una vida literaria?

Si nos remontamos a las lecturas de mi mamá, La historia sin fin de Michael Ende, Momo, muchas leyendas, cuentos y libros para niños, cuando yo descubrí mis propias lecturas empecé con libros como En el camino de Jack Kerouac, La generación beat, descubrí a Bukowski, y tiempos después en la prepa, conocí a Paul Auster por mi propia cuenta, yo solito iba a las librerías y escogía libros que me llamaban la atención y se los compartía a mi familia, como libros de Nick Hornby y Bret Easton Ellis, ellos son mis ídolos literarios.

Con relación a la elección de esta profesión, ¿Nunca pensaste en estudiar a otra cosa y ya no dedicarte a esto?

Si, cuando era mas chiquito  yo quería ser abogado porque quería defender a los pobres  pero cuando fue entrando en razón me di cuenta que no. Cuando me fui a España, en Barcelona estuve escribiendo todo el tiempo, estaba súper seguro de que quería ser escritor, pero mi relación con la literatura era bastante enfermiza, vivía para tener de qué escribir, eso me empujaba a vivir situaciones oscuras o sórdidas con tal de tener experiencia, me hacía sufrir mucho y no me dejaba estar en el presente, todo el tiempo estaba pensando, me pelee mucho con la literatura y dije: ¡esto está muy jodido!, deje de escribir varios años, en ese inter me dedique a hacer otras cosas, pensé en intentar ser como todos los demás, dejar de ser ese niño caprichoso y entrar a una oficina, cansarme físicamente, hacer todo lo que siempre me dijeron que hiciera, por una parte hubiera estado bien pero fue revelarme ante mi propia rebeldía que muchas veces era rebelión por rebelión, hasta que lo retome a los 27 años cuando descubrí que escribir era algo que estaba conectado con lo que me gustaba hacer y tenía que ver con mi vocación

Supongo que el apoyo de tu familia siempre fue para bien ¿No?

Si, nunca recuerdo a mi papá o a mi mamá que me dijeran que no escribiera, aunque de todas maneras las voces sociales están por ahí, aunque estas voces no sean tan directas como las de tus padres, cuando te dicen que te vas a morir de hambre, dedicate a otra cosa, haz algo serio y luego ya haces tus locuras, existían, pero de manera directa siempre me han apoyado.

¿Cómo es un dia normal para Alejandro Carrillo?

Normalmente voy a dejar a mi hijo a la escuela, ahora será a mis hijos — es por su hija que acaba de nacer hace unos cuantos meses — regresar y desayunar, hacerme un café antes de escribir y como de nueve a diez de la mañana, escribir sobre el nuevo proyecto que estoy haciendo, esa hora no solamente es de teclear, también es para investigar, tratar de ver que pasa en el libro, leer algo relacionado a eso. Después de las tres de la tarde, trabajo en cosas más prácticas de los otros proyectos que tengo como Tinta Chida, difundo los talleres que doy, me enfoco más a esa parte práctica y de negocio.

¿Qué le falta a Alejandro Carrillo como escritor y como persona?

¿Qué me falta como escritor?. Más practica, más tiempo para concretar los proyectos que tengo que concretar, me falta más experiencia, aprender y leer mucho más, creo que he leído mucho pero ese mucho es realmente nada con todo lo que hay que leer, con todo lo que quiero y me gustaría leer. Como persona, me hace falta estar más conmigo mismo y estar en silencio, necesito más ocio y más silencio, más presencia.

Con relación a lo que nos acabas de decir de tus nuevos proyectos sabemos que estás en proceso de una novela, ¿Qué nos puedes contar o adelantar sobre esta ella?

Pues sé que esta novela se llamará Diceme esa bellakita y la protagonista es una chavita de 16 años que es super chida, reggaetonera, super creyente de San Judas Tadeo, a la que de pronto le comienzan a pasar cosas extrañas, ve visiones de sus vidas pasadas y al mismo tiempo se le aparece San Judas Tadeo en la vida real y juntos comienzan un viaje al inframundo, es un rollo como el Mictlán y otras mitologías sobre el inframundo. Es un poco de lo que tengo y estoy en la fase de ver por qué camino me conduce, yo se que esto que te estoy contando al final se va a ajustar y cambiará la línea exacta de por donde va, como un misterio, voy entendiendo de qué es la novela, la trama es como una exploración personal que tengo sobre un tema que me cuesta mucho, por un lado la muerte y por otro el descontrol animal, el descontrol sexual, esos momentos en que pierdes el control absoluto ligado a una relación con la muerte.

Sabemos que resultaste ganador del Premio Mauricio Achar de Literatura Random House 2016, y con respecto a tu obra ganadora Adiós a Dylan, ¿Cómo fue el proceso para escribir esta novela y cuáles fueron los obstaculos mas dificiles para ti?

El proceso de escribirla fue largo, fueron seis años desde que empecé hasta que puse el punto final, hubo de todo, fue lo interesante de escribir una novela de la que pensé que iba a ir por un lado y al final acabó en otro, mismos años que me sirvieron para entender justo de que quería hablar y entender la novela.— Responde rascándose la barba negra y amarrándose las agujetas de sus botas grises estilo luchador— Fue muy chido, emocionante, doloroso y a la vez frustrante, pero me conecté emocionalmente y se imponía una sensación que me inspiraba a escribir. Lo difícil fue el tiempo en el que deje de escribir,  los dos primeros años cuando nació mi hijo, porque realmente estuve muy cerca de soltarla, eso fue lo más complicado.

¿Para qué tipo de lectores va dirigido este tipo de novela con una anatomía tan joven y dinámica?

En cuanto a edades no es para una en especifica, la puede leer gente de cualquier edad, sí creo que debe de ser gente que le gusta cierto tipo de literatura, de algún modo parecida a la que me gusta a mi, tal vez es para ciertas preferencias estéticas, aunque en realidad cuando la escribí no estaba pensando el perfil exacto, supongo que me imaginaba de manera inconsciente a alguien muy parecido a mi.

¿Consideras que es tu obra maestra?

Con una voz muy confusa pero al mismo tiempo agradable, suelta un par de carcajadas y se lleva las manos en la cabeza.

¡Pues espero que no!, a mi me gusta mucho y me siento muy orgulloso de ese libro pero … — se escuchan pasos de un alguien descalzo, es su hijo Bastian a quien le gusta salir en todas las entrevistas que le hacen a su papá, haciendo su aparición para dar un gigantesco salto hasta los brazos de su padre. —¡Ve con mamá! Ahí, ahorita salgo viejo, eh.

Pero no, la gente que ha empezado a leer está novela nueva, piensa que está mucho mejor que Adiós a Dylan, la que estoy escribiendo ahora tiene un lenguaje muy distinto, es una cosa realmente distinta, ¡espero que no!.

¿Cómo es el proceso de creación de tus personajes?, con respecto a tu obra y a esta nueva novela que estás escribiendo.

En realidad, los personajes me vienen de manera muy espontánea, de pronto se me aparecen, escucho una voz o los veo, los personajes van viniendo y mientras escribo van apareciendo. De está última novela, fue una voz, de una imagen, una imagen de una chica ciega vendiendo cosas en el metro que de pronto se conectaba con sus vidas pasadas, de ahí surgió todo pero de manera muy inconsciente.

¿De donde nació la idea de una novela de amor trágico y doloroso como es el amor de Oscar por Sara en Adiós a Dylan?

Pues yo creo que .. ¡Ya se coló este chavo otra vez! — Cuando de repente entra su hijo nuevamente al cuarto de estudio, un cuarto que parecía haber sido sacudido por el temblor de días pasados por su increíble desorden.

Quiero estar contigo en la entrevista papá—

¡Ve a luchar con tu abuelo!, lo acabas en otra caída, ahorita te alcanzo—

Pues me han interesado este tipo de historias pero desde otro punto de vista, por ejemplo me gustaba antes La dama de las camelias, como una historia trágica, de alguien que se enamora de una prostituta como una cosa tan más pura, pero me interesa mas lo de los poetas románticos, cuando el ideal sobrepasa la realidad, no como los personajes que construyen algo que no existen, como lo hace el Quijote para poder sobrevivir. Es lo mismo que hacemos casi todos cuando nos enamoramos, me interesaba esa manera de auto contar una historia porque la necesitas vivir aunque no sea realmente cierta.

Con relación a la historia de esta novela ¿A qué crees que se debe la idolatría hacia una figura que clasificamos superior e inalcanzable como Bob Dylan para Omar?

Bob Dylan es el papá de Omar, representa la figura paterna, la misma que le hacía falta a Omar después de la muerte de su hermano David cuando se muere, además de que su verdadero papá nunca representó esa figura. Como yo en su tiempo también yo lo encontré en los escritores, en los ideales, como lo hacían los románticos. Eso es lo que hacemos con los ídolos y con los padres.

¿Como consigues crear esta atmósfera dentro de esta novela tan sentimental y al mismo tiempo rebelde incluyendo temas tabú como el trabajo de Sara?

Pues fue muy natural, me conectaba mucho con eso, con toda esa parte del sufrimiento y la tragedia, con la parte sexual también fue muy natural, lo que escribí siempre tuvo una muy fuerte relación con lo más gráfico, por ejemplo con el porno y con mucha de la literatura de la que leí, por eso no fue problema para abordarlo.

Después de haber platicado de este proceso de como fue escrita y el porque fue escrita de esta manera, ¿Cuáles fueron tus sentimientos después de ver tu novela finalizada antes de ser publicada y después de ser publicada?

Pues antes de ser publicada cuando puse el ultimo punto final, fue muy chingon, literalmente me puse a llorar de la alegría, fue la primer cosa que me había propuesto y cuando la acabé me sentí muy orgulloso de haberla acabado, eso era lo que realmente estaba en mis manos. Cuando me enteré del premio y vi que iba a tener un libro publicado, fue un orgullo diferente, como un regalo del combinado de mi esfuerzo y el azar que me conecte con ese Alejandro que siempre quiso ser escritor, me dije ¡Qué cabrón! ver materializado ver esto que siempre quise ver, ver mi libro.

¿Que opinas de el apoyo al escritor en México después de ser ganador de este Premio Mauricio Achar 2016?

Pues creo que hay apoyos para los escritores como becas y diferentes cosas pero la verdad es que, están pero a la vez no estan, estan para un grupo muy reducido que realmente está en el ambiente, que conoce y que conoce al que conoce, en ese sentido, si eres un completo desconocido que quiere escribir, esta cabron encontrar ese apoyo, tienes que rascar para ver por donde le encuentras, pero cuando ves como funciona todo, encuentras los apoyos, esto todavía no es algo que a la sociedad le interese y aliente, como el impulso a los escritores, artistas, compositores, de hecho intente meterme a becas y en todas me rechazaron, todo es diferente ahora que gané el premio.

¿Cómo vivir de escribir en esta época tan difícil en la que vivimos?  

¡Creyendosela! Sabiendo que eso es lo que quieres hacer, qué quieres ganarte la vida con tu oficio. Esa no es una pregunta que se hacen los carpinteros o los albañiles, si uno asume eso va creando su propio camino para conseguirlo.

Si dieras algunos consejos para aquellas personas que quieren vivir de escribir, ¿Qué les dirías?

Sería que escriban de algo que realmente les importe y les duela a nivel emocional y espiritual, que no se preocupen por las ideas, ni por escribir cosas originales, que echen sus tripas y su alma en las cosas que escriban, aunque no sean ficción y escribir de las cosas que les hagan chillar, puedes tener o no técnica pero si pones tu alma y lo que eres, aunque no sepas escribir ahí va a conectar con alguien más. Que confíen en ellos, que escriban mucho y no le hagan caso a las personas que dicen que no pueden, que estudien, ya sea en una escuela o de manera autodidacta, que tengan un maestro y buscar un escritor que admiren y se transformen en su discípulo, creo que eso es la base para los escritores.

Te agradezco por acceder a esta entrevista y para finalizar me gustaría que describieras a Alejandro Carrillo en tres palabras.

Se tomó un minuto para pensar, llevo las manos en la cabeza observando hacia el techo del cuarto que era solo para dos, realizó un viaje ida y vuelta hacia su mente de escritor y culminó diciendo.

Tripas, vértigo y ternura.

Entrevista a Alejandro Carrillo Rosas

 

 

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